Todavía hay personas afirmando que nuestro sistema de pensiones es sostenible y que goza de salud, a pesar de que padece una enfermedad crónica y se encuentra en cuidados paliativos. Presenta síntomas que incluye endeudamiento, déficit y fatiga económica de pronóstico grave, un cuadro que empeora con el tiempo obligando a sus familiares más cercanos, empresarios y trabajadores, a realizar mayores contribuciones de sangre para mantenerlo artificialmente con vida, conectado al equipo de soporte vital que le proporciona el Estado y por el que recibe continuas transfusiones.
Nadie tiene la fórmula mágica para arreglar el problema, pero si se quiere acometer, es necesario reconocer su existencia. La solución no es fácil, pero se puede acometer mediante una reforma, en profundidad del modelo, copiando otros sistemas europeos y mediante un proceso ordenado de transición para que no tenga efecto negativo sobre los que están próximos a jubilarse, de modo que los jóvenes que se incorporen al mercado laboral comiencen con un nuevo sistema que les permita confiar en que tendrán una pensión cuando se jubilen, algo que hoy no piensan. Se puede hacer, aunque sea complejo, pero conlleva incorporar más peso en los otros pilares de los sistemas de pensiones y mejorar la relación entre las contribuciones y las cuantías a recibir, como ocurre con los sistemas nocionales. Un proceso que exige años de implantación y un elevado coste electoral que nadie está dispue
...¿Te ha gustado este artículo?
ABOGADOS POR LOCALIDADES
ABOGADOS POR ESPECIALIDADES